Add parallel Print Page Options

truena tras él su voz,
resuena de forma majestuosa;
después de escuchar su voz,
ninguno le sigue la pista.
Atruena Dios con su voz prodigiosa,
hace maravillas que ignoramos.
Ordena a la nieve: “Cae a tierra”,
y al aguacero: “Llueve con fuerza”;

Read full chapter